¿Cantas todo igual…?

Esta es una muy buena pregunta que poca gente que canta o enseña a cantar se hace. Sucede en muchas ocasiones que no podemos darnos cuenta si cantamos todo igual, con los mismos recursos, en la misma tonalidad, con los mismos errores o fallas, etc.

A menudo, nos acostumbramos a nuestras propias formas de cantar y nos volvemos menos conscientes de ciertos hábitos o problemas vocales que podríamos estar teniendo. La autocrítica constructiva es esencial para mantener un crecimiento constante y evitar estancarse en una zona de confort vocal.

Un aspecto fundamental de la autoevaluación es la objetividad. A veces, como cantantes, podemos ser nuestros críticos más duros o, por el contrario, caer en la complacencia. Es importante encontrar un equilibrio saludable entre apreciar y reconocer nuestras fortalezas y tener la humildad de admitir nuestras debilidades.

La grabación de sesiones de canto es una de las herramientas más efectivas para evaluar nuestro desempeño. Escuchar nuestras interpretaciones con detenimiento nos brinda una perspectiva más objetiva y nos permite identificar áreas específicas que requieren mejoras. Al escucharnos a nosotros mismos, podemos notar si estamos manteniendo la misma tonalidad o si nuestros recursos vocales se han vuelto predecibles y monótonos.

Otro enfoque útil es el de experimentar con variaciones en nuestras interpretaciones. Al cantar una canción en diferentes tonos, estilos o emociones, podemos descubrir nuevos matices en nuestra voz y desarrollar una mayor versatilidad vocal. Esto también nos enseña a adaptarnos a diversas situaciones musicales y a explorar la expresión emocional desde distintos ángulos.

Además de la autoevaluación, recibir feedback de otras personas es crucial para obtener una visión más completa de nuestro desempeño vocal. Amigos, familiares o profesores de canto con experiencia pueden brindarnos una perspectiva externa y señalar áreas que podríamos no haber notado por nosotros mismos. Aceptando el feedback con mente abierta, podemos aprender y crecer como cantantes.

No olvidemos la importancia de los ejercicios vocales en nuestra rutina de práctica. Trabajar con ejercicios específicos nos ayuda a desarrollar y fortalecer habilidades vocales particulares, como la respiración adecuada, la afinación precisa y el control del vibrato. Estos ejercicios también nos permiten corregir errores y perfeccionar aspectos técnicos de nuestra voz.

Explorar diferentes géneros musicales es otro aspecto que enriquece nuestra autoevaluación. Al incursionar en nuevos estilos, podemos descubrir la versatilidad de nuestra voz y expandir nuestro repertorio. Cada género presenta desafíos vocales únicos que nos invitan a adaptarnos y crecer como intérpretes.

Saludos

Magali Muro



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